Revista Tiempo de Paz 153 | DIPLOMACIA HUMANITARIA EN UN MUNDO EN DESORDEN

Revista Tiempo de Paz 153 | DIPLOMACIA HUMANITARIA EN UN MUNDO EN DESORDEN

Número: 153
Periodo: Verano 2024

Vivimos en un mundo conflictivo, complejo y en continuo cambio, lo que lleva a una sociedad internacional donde los conflictos se están expandiendo, más que reduciendo. Desgraciadamente los datos confirman esta afirmación, cuando vemos la situación en Sudán, Myanmar, Siria, Congo, Sahel, Somalia, Ucrania o Gaza, o al analizar el número creciente de refugiados y desplazados internos. Se calcula que el 1, 3% de la población mundial está desplazada, lo que origina la violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

 

 

El objetivo de este número no es tanto analizar la evolución del Derecho Internacional Humanitario, que es un sector del ordenamiento creado para mitigar el sufrimiento humano en los conflictos y las guerras (el denominado Ius in bellum), cuanto ver cómo la diplomacia y la acción exterior del Estado pueden servir para ir hacia un mundo mejor, que pueda poner a la paz como un objetivo hacia el cual dirigirse. El Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad-MPDL- es una organización que realiza todos los esfuerzos y que persigue el sueño kantiano de la paz a través del derecho y de las instituciones, pero también de la diplomacia y de la acción exterior. Desde esta filosofía general el Consejo de Redacción seleccionó el tema del número y encargó a uno de sus miembros, Carlos Batallas, la responsabilidad de coordinarlo. Se trata de un buen conocedor del tema pues ha dedicado gran parte de su vida profesional a las cuestiones humanitarias, en el último cuarto de siglo desde el Comité internacional de la Cruz Roja (C.I.C.R).

 

El resultado que presentamos responde a un enfoque innovador, que busca no solo evaluar qué hacen los Estados, sino que se orienta a ver qué deberían hacer, así como a identificar cuáles son los retos a los que la Comunidad internacional se enfrenta para hacer más eficaz y sostenible el derecho internacional humanitario. Desde esta perspectiva emerge la importancia de la noción de diplomacia humanitaria, sobre la cual España presentó su primera Estrategia 2023-2026, que busca fortalecer la perspectiva humanitaria en la acción exterior del Estado, mediante la promoción del respeto y desarrollo progresivo del derecho internacional humanitario, la facilitación de las operaciones humanitarias y la concienciación en torno a las necesidades de las poblaciones afectadas por conflictos. Esta Estrategia es el resultado de un periodo de reflexión que se inicia en 2016, con la celebración de la Primera cumbre humanitaria mundial

 

Los estudios de este volumen aportan luz sobre la Estrategia de Diplomacia Humanitaria. El primer análisis lo realiza el Ministro de Acción Exterior y Cooperación, José Manuel Albares, que contextualiza la Estrategia de Diplomacia Humanitaria en el marco de la acción exterior española y que reafirma que el sentido de la misma es mostrar el compromiso de España con la justicia, la democracia y con un orden multilateral basado en reglas. Esto no es algo baladí en un orden internacional en transición en el que uno de los riesgos existentes es la regresión en derechos y valores. En cuanto a la propia Estrategia, dos estudios abordan su significado. De un lado el del catedrático de derecho internacional público de la Universidad Rey Juan Carlos, y experto en Derecho internacional humanitario, Francisco Jiménez García, que considera que consiste en la complicidad y cooperación efectiva de las autoridades gubernamentales e internacionales para un espacio de actuación segura que permita el despliegue íntegro y efectivo de las funciones humanitarias, siendo su objeto primordial garantizar la protección de la vida humana de acuerdo con el Derecho internacional humanitario y  con el Derecho de los refugiados. Asimismo, analiza la naturaleza cambiante de la crisis mundial y algunos retos de la diplomacia humanitaria en conflictos complejos y de alta intensidad. De otro lado, el general togado militar y antiguo magistrado del tribunal Supremo, Fernando Pignatelli, indica que la razón de ser de la diplomacia humanitaria es en tanto que herramienta por la cual determinados Estados intentan llevar a cabo la protección a los seres humanos víctimas de situaciones de violencia armada -y de desastres naturales- a fin de garantizar los derechos fundamentales de aquellos. En su contribución analiza la Estrategia española 2023-26 así como sus principales objetivos, ejes y líneas

Otros análisis contribuyen a poner de relieve los principales problemas humanitarios de nuestro tiempo, entre los que es destacable el relativo a la eficacia y a la aplicabilidad del Derecho internacional humanitario. En esta línea el profesor del Instituto de empresa (IE University) José Luis Herrero Ansola, incide en la falta de efectividad del marco normativo del Derecho internacional humanitario, y la posible crisis de credibilidad a la que puede llevar a instituciones como la Corte Penal internacional. Este autor pone el acento, finalmente, en la necesidad de impulsar la prevención de los conflictos. Angel Trejo y Tong Li, del Comité Internacional de la Cruz Roja (Advisory service) consideran que es la falta de voluntad política para cumplir el Derecho internacional humanitario la principal causa de las violaciones. La relevancia duradera del Derecho internacional humanitario dependerá, indican, del compromiso de los Estados de defender y hacer cumplir sus principios y de una voluntad política que es crucial para mitigar el impacto de los conflictos armados

La otra cara de la moneda de las violaciones del Derecho humanitario es la relativa a la responsabilidad política, jurídica y penal. En esta línea son destacables los análisis de Manuel Ollé Sesé y de Aizhan Tilenbaeva. Aizhan, investigadora del programa de derechos humanos de la Universidad de Harvard, realiza una reflexión sobre la conocida Responsabilidad de Proteger, noción que nace hace dos décadas y que actualmente está un poco desacreditada. A su juicio no hay que abandonar la responsabilidad de proteger, pese a sus limitaciones, y se deberían afrontar las críticas e impulsar y mejorar su aplicación. Manuel Ollé Sesé, prestigioso penalista, profesor de la Universidad Complutense y abogado iusinternacionalista que ha actuado ante los principales tribunales internacionales, hace una interesante distinción entre lo que es la responsabilidad penal individual internacional por la comisión de determinados crímenes de derecho internacional humanitario y de crímenes contra la humanidad, y la distingue de la responsabilidad del Estado, que tienen lógicas, normas y vías diferenciadas. Esta distinción tiene gran interés y complementa de manera adecuada la perspectiva jurídica de la diplomacia humanitaria poniendo de relieve las luces y las sombras de tribunales como el Internacional de Justicia, o la Corte Penal internacional, de la que Ollé es uno de los grandes expertos

De gran importancia son los estudios sobre qué se debería hacer en estos momentos, tanto por parte de los Estados como por otros actores, para impulsar el derecho y la asistencia humanitaria.

La mayoría de los estudios se refieren al papel de los Estados, pero dos contribuciones inciden también específicamente en el papel del Comité internacional de la Cruz Roja y en el de la sociedad civil. Sobre el CICR destaca el interesante análisis de Alexandra Gabarró Cistaré, de Cruz Roja Española de Cataluña y profesora asociada de la Universidad Pompeu Fabra, que indica que la Cruz Roja utiliza la diplomacia humanitaria para convencer a los responsables de tomar decisiones para que actúen en beneficio de las personas en situación de vulnerabilidad, con pleno respeto a los principios humanitarios, siendo necesario reforzar alianzas. En esta línea, el movimiento humanitario (CICR y Federación internacional de la Cruz roja) tienen una posición única en el escenario humanitario internacional que posibilita abordar los desafíos actuales sobre la base del principio de humanidad. Por su parte Angel González, abogado y profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid aborda en otra interesante ponencia el papel de la sociedad civil en la diplomacia humanitaria, en el marco de las negociaciones de los actores implicados en un conflicto o desastre para facilitar el acceso humanitario, asegurar la protección de la población civil y del espacio humanitario, tener incidencia política y documentar violaciones. En definitiva, pone de relieve el papel clave de las ONG en la diplomacia humanitaria.

Realmente importante es la reflexión que aportan Penélope Berlamas y Violeta Montobbío, del Movimiento por la Paz-MPDL, sobre la necesidad de inscribir la perspectiva feminista dentro de la diplomacia humanitaria, para que las políticas sean más inclusivas y eficaces.

Finalmente, otros estudios abordan cuestiones como el desarme y el derecho humanitario de Richard Lennane del CICR; o las consecuencias de las informaciones erróneas intencionadas, o fake news, como método de agresión en un conflicto, por Harold Triana, profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad Internacional de la Empresa.

La inteligencia artificial en su relación con la diplomacia humanitaria es objeto de dos reflexiones: la de Nicoló Borgesano, Responsable asociado del Geneva Centre for Security Policy, sobre su utilidad para determinar la responsabilidad en los ataques que ocasionan la muerte de víctimas civiles, y el escrito de Tatiana Krupiy, profesora de la Universidad de Newcastla, sobre la posibilidad de determinar por medio de la IA, la intención de aterrorizar a las poblaciones a través de esa técnica. En esta línea se considera que la inteligencia artificial es un riesgo emergente para la población civil afectada por conflictos armados. La IA se usa para la toma de decisiones militares y selección de objetivos, lo que plantea muchos desafíos, que se analizan en estos estudios.

Por último, en la sección de Crónica, se publica una Necrológica del eminente pacifista noruego, Johan Galtung, gran luchador por la paz, desde la teoría y desde la práctica.

En definitiva, este número contribuye a poner de relieve la dimensión complementaria de la diplomacia para avanzar en la protección de los derechos humanos en situaciones de conflicto armado, para afrontar el desarrollo progresivo y hacer frente a la necesidad de una mayor voluntad política y una mejora de la efectividad en la aplicación de las normas y para fortalecer la ayuda humanitaria. Les invitamos a su lectura, que aporta nuevas visiones de un tema clásico.

 

Revista Tiempo de Paz 152 | DESAFÍOS ECONÓMICOS EN LA CRISIS ACTUAL

Revista Tiempo de Paz 152 | DESAFÍOS ECONÓMICOS EN LA CRISIS ACTUAL

Número: 152
Periodo: Primavera 2024

Vivimos en un mundo en cambio, con múltiples desafíos, riesgos y amenazas, con una situación que, como abordamos en el número 150, Un mundo en transición, es especialmente incierta. Sabemos de dónde venimos  pero no hacia dónde nos dirigimos. Las reflexiones en esta situación se realizan desde diversos ángulos, institucional, jurídico, político, histórico o de los nuevos ejes que se apuntan desde los cambios en las relaciones internacionales, o el multipolarismo.

 

 

El objetivo de este número es abordar el cambio desde la clave económica internacional, los desafíos económicos globales que tiene la humanidad en un momento de multipolarismo sin reforzamiento del multilateralismo y con una creciente preocupación por el cambio climático y por la crisis de la globalización. El Consejo de Redacción identificó la necesidad de profundizar desde la óptica económica en el tiempo presente con la finalidad de intentar pronosticar los problemas y el camino que se vislumbra. Se pretendía realizar una aproximación prospectiva a la situación del mundo desde el factor económico e intentar distinguir los principales elementos.

Si algo resulta claro de los análisis que ahora presentamos es que estamos ante una primera aproximación que no agota las múltiples dimensiones e incógnitas que se han abierto. Seguirlas constituirá una línea de investigación y de reflexión que preludia nuevos números futuros. Este número es un buen punto de partida, para el que hemos contado con la inestimable colaboración, que agradecemos, de José Moisés Martín Carretero, fundador de Economistas sin fronteras, profesor de la Universidad Camilo José Cela, antiguo Director de Acsur las Segovias y del departamento de Cooperación multilateral de la AECID.

Desde una perspectiva económica global estamos, indica Jorge Díaz Lanchas -profesor de economía en ICADE- en una economía fragmentada por la tensión entre Estados Unidos y China, con un jaque al orden liberal, con conflictos comerciales y de inversión. Ha habido una estrategia de desviación del comercio, de desacoplamiento entre Estados Unidos y China, en un mundo cada vez más dividido entre bloques que preludia una bilateralización de las relaciones y que, sin llegar a la desglobalización, supone una ralentización intrabloques. En esta situación la tesis de Martín Carretero es que podemos estar ante un posible fin de la era neoliberal que abre nuevos desafíos y vulnerabilidades (energéticas y tecnológicas) que, para afrontarlas, exigen una respuesta unificada europea (una autonomía estratégica)

Aunque es difícil predecir el futuro económico, se han identificado algunas claves. Desde la perspectiva española y social Carlos Manera, catedrático de Historia económica de las Islas Baleares, apunta a que España es uno de los países europeos con mejores previsiones a corto plazo, si bien en general la “desigualdad” seguirá siendo un problema relevante en términos sociales, aparte de que también socava el crecimiento económico y la manera de abordar los desafíos.

Frente a la desigualdad, las políticas sociales y la justicia fiscal son herramientas importantes, como analiza el antiguo Rector de la UNED, catedrático de economía y coordinador de la plataforma de justicia fiscal, Juan Gimeno. Da algunos datos reveladores. En la OCDE desde 1980 los tipos impositivos se han reducido del 48%, en 1980, al 23, 1%, en 2022, o aborda la existencia de refugios fiscales o la comparación entre los salarios de los directivos de las grandes empresas que en la crisis subieron más del 1200% frente a los escasos incrementos de los empleados. Una mayor justicia fiscal permitiría incrementar el ingreso para un Estado fuerte, que es necesario para afrontar la desigualdad con adecuadas políticas de gasto público y con una acción más decidida de los gobiernos

Junto a la desigualdad hay otros retos importantes, que tienen que ver con la evolución de la población. Así, en cuanto a la gestión de las migraciones en este nuevo contexto mundial, Amparo González considera que se ha producido un parón de las fórmulas de gestión de las migraciones, que se han estructurado sobre la base de diversos mitos y de datos falsos que habría que desmontar. La pobreza, indica, no es el motivo de la migración sino la barrera que explica la inamovilidad de la inmensa mayoría, por lo que la ayuda al desarrollo aumenta la movilidad en el corto y medio plazo. Habría que abrir, indica, vías de inmigración legal y tomar las decisiones sobre la base de conocimientos de las dinámicas de movilidad internacional y en sus causas. Además, la población tiene a concentrarse, como aborda el economista José María Zambrano, en las ciudades, que reflexiona sobre si es posible concebir un tamaño óptimo de las ciudades, es decir, en las que los beneficios de la concentración urbana superen a los costes asociados. Otro gran reto del que a veces no se toma conciencia es la evolución demográfica mundial y regional, que analiza Juan A. Fernández-Cordón, demógrafo del CSIC. Se está produciendo un cambio en la distribución de personas en el mundo, lo que llevará a lo largo del siglo XXI a que el centro de gravedad se desplace hacia el continente africano; a medio y largo plazo el envejecimiento se planteará también en los BRICS. Considera que no hay que temer una explosión ilimitada de la población mundial, en la que en el porcentaje de europeos será decreciente.

Se abordan otros temas desafíos, como el digital, que Cecilia Castaño, catedrática de economía aplicada de la Universidad complutense analiza desde la desigualdad, las brechas de género digitales y de habilidades y propone evitar las elecciones dicotómicas siendo mejor la hibridación, que sería la auténtica disrupción. Soledad Núñez pone la lupa en la financiación sostenible, en el marco de la transición hacia una economía en cambio, con nuevos instrumentos como los bonos verdes, y alerta del eco-postureo que puede dar lugar a una falta de confianza. Por su parte, el antiguo director de Tiempo de Paz, Enroque Gomáriz pone la lupa de la desaceleración económica en el istmo centroamericano llegando a la conclusión de que la dinámica regional de Esquipulas está agotada y es necesario un nuevo enfoque.

En definitiva, un número en el que se abordan muchas reflexiones generales y particulares sobre los desafíos globales y particulares de la evolución económica internacional en el actual contexto de las relaciones internacionales, cuya lectura es muy clarificadora de algunas de las tendencias presentes y futuras.

 

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Presentación de ‘El ascenso de la Ultraderecha’, número 151 Revista Tiempo de Paz

Este jueves 21 de Marzo de 2024, a las 18:30 horas, tendrá lugar la presentación del número 151 ‘El ascenso de la ultraderecha’, de la revista Tiempo de Paz. El Evento se celebrará en el Ateneo de Madrid (Sala Pérez Galdós) con entrada libre hasta completar aforo y en directo online.

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Revista Tiempo de Paz 151 | EL ASCENSO DE LA ULTRADERECHA

Revista Tiempo de Paz 151 | EL ASCENSO DE LA ULTRADERECHA

Número: 151
Periodo: Invierno 2024

La democracia liberal no es la primera vez que vive una crisis profunda en la comunidad internacional. El término Democracia se utiliza en casi todos los regímenes, desde el franquista (democracia orgánica) a los de la órbita de la Antigua Unión Soviética (democracias populares), pasando por otros muchos, en todos los continentes, por lo que esta denominación no siempre tiene el mismo alcance y significado. La democracia que ha triunfado como modelo más avanzado ha sido hasta la fecha la democracia representativa y liberal, que funciona sobre la base de una constitución escrita como norma suprema (a excepción del mundo anglosajón), de una separación de poderes, y de ciertos principios que suponen unos contrapesos y un equilibrio.

 

La democracia liberal entró en una crisis en el periodo de entreguerras, lo que hizo que el fascismo alemán o italiano tomasen auge y llevasen, junto a una polarización global, a la guerra civil española y a la segunda guerra mundial, es decir, a que se incendiase la convivencia universalmente, rompiéndose la paz. El mundo de la Sociedad de Naciones, en Ginebra siguió funcionando con un hálito de vida, pero se había visto desbordado por los extremismos. Como dijera Azaña, la Sociedad de Naciones quedó narcotizada. Esa organización era como la orquesta del Titánic cuando se está hundiendo. La realidad iba por un lado y el discurso por otro, sin poder dominar la situación desbocada en que se encontraba el mundo.

Hoy en día, Naciones Unidas y la comunidad internacional están en parte bloqueados por una fragmentación y por una polarización que no predice nada bueno, de seguir así las cosas. Vemos, de un lado, conflictos como los de Ucrania y/o Gaza y de otro, la polarización política en muchos países, con el auge de movimientos populistas por doquier y en particular de extrema derecha tanto en Europa como en otros continentes. Esto exige reflexionar sobre este fenómeno mundial. En este número lo hacemos sobre la extrema derecha. También se podría hacer sobre populismos de extrema izquierda, pues la cosa puede ser vista desde ambos polos. Como señala Cástor M. Díaz Barrado en su reflexión sobre América Latina y las derechas, no hay un consenso sobre la denomi-nación (neofascismo, derecha neopatriótica, nueva derecha, extrema derecha, derecha populista, derecha radical, derecha autoritaria) ni se debería de equiparar las derechas según el periodo histórico (fascismo, populismos, dictaduras, extrema derecha) pues han ido cambiando.

En todo caso, al igual que el nacimiento de la URSS tuvo como consecuencia el surgi-miento de los partidos fascistas y nacionalsocialistas, como aborda Juan José Laborda, en su contribución sobre el orden mundial y los populismos, el peligro hoy es volver a una situación en la que las democracias liberales vuelvan a considerarse como regíme-nes ineficaces, corruptos, despilfarradores y regidos por oligarquías de viejos políticos de partido. Son muchos los problemas que arrastra la democracia, en sociedades desigua-les y polarizadas. Hay, en todo caso, una relación entre los extremos pues como resalta Victoria Camps, catedrática de la universidad Autónoma de Barcelona, el ambiente de polarización se aleja de una perspectiva ética, que lleva a que, desde la humildad, se intenten conciliar intereses discrepantes por la cesión y la renuncia. Habría que consi-derar que la razón absoluta no la tiene nadie, pues la justicia y la verdad son tareas colectivas, indica. En la misma línea, María José Vicente, profesora de la Facultad de Ciencias políticas de la Universidad Complutense incide en los derechos humanos y la democracia como hoja de ruta frente a los extremismos. Así, indica que la democracia genuina debe propiciar los intentos de conciliación, encuentro y alianza como contexto para los derechos humanos y la democracia en un mundo fragmentado.

El fenómeno es mundial pues afecta a España y a otros muchos países como Italia (Meloni), Hungría (Orbán), Polonia (Morawiecki), España, (Abascal), Reino Unido (Farage), Brasil (Bolsonaro), Estados Unidos (Trump), Argentina (Milei), Rusia (Putin) etc.

En este número no podemos abordar todos los países, sino que se han seleccionado como botones de muestra algunos. Sobre Rusia, Eric Pardo Suvageot, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Deusto, reflexiona en cuanto a si la guerra de Ucrania (y la ocupación de Crimea) fueron una reacción a la avanzada de la OTAN/UE o el resultado de un marco ideológico neoimperalista, en el que Putin sería la ultraderecha pues ha aceptado características del populismo radical derechista. Sobre Turquía, Erdogán también  ha girado, sobre todo en la última década, hacia una derecha radical populista, lo que analiza Carmen Rodríguez López, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, del departamento de estudios árabes e islámicos y de estudios orientales. Pero es que incluso este fenómeno se produce en Suecia, fundamentalmente desde la crisis de 2008, algo que parecía impensable, como analiza Carlos Losa. O también el artículo de Ismael García Ávalos, investigador predoctoral de la universidad Complutense, sobre la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada y los riesgos que puede acarrear la llegada del libertarismo al poder.

No podemos meter a todos los países en el mismo cajón ni tienen todos los mismos rasgos. Hay un debate sobre si los populismos (de derechas) son una ideología o un discurso, indica David Lerín, profesor de la Facultad de ciencias políticas de la Complutense, que realiza un esfuerzo de distinción entre la extrema derecha y la derecha radical. Este autor aborda las diferencias entre ambas dimensiones que en todo caso vendrían a poner de relieve elementos de riesgo para el pluralismo socio político, al apostar por la homogeneidad socio-cultural. David Corrochano, profesor de la Universidad Complutense, sin embargo, considera que partidos como Vox carecerían de ideología, teniendo más bien una mentalidad distintiva que vende radicalismo, si bien transmite autenticismo pese a su relativismo moral y su entorno cultural neoliberal.

Sobre estos fenómenos hay muchos ángulos de análisis y en este número solo abordamos algunos, todos de gran interés. Así, el papel de los medios de comunicación y de las redes en el incremento de la ultraderecha, como analizan Cristina Valera Zandaka (periodista) y Enrique Samer (ingeniero y consultor), que muestran que se debe al cambio en los fundamentos y a la habilidad en el manejo de las redes. O la demonización de cuestiones como la Agenda 2030, que María José García Solana, del Instituto complutense de administración junto con Pilar Maical, profesora Asociada, analizan desde el tratamiento de la discapacidad y del modelo social de la convención de Naciones Unidas, enfoque que no tiene cabida en el discurso de la extrema derecha. También es objeto de análisis por la profesora de la UNED Verónica Díaz porqué la juventud española apoya más que otros sectores a VOX, lo que probablemente es por el ambiente de polarización, la precariedad laboral y la falta de expectativas y cultura política. O, finalmente la contribución de Jorge Crespo sobre cómo las administraciones públicas deben incorporar los derechos humanos, que serían -indica- el pegamento entre ciudadanía, política y organización administrativa.

Son muchos los temas tratados, de gran interés y actualidad, que permiten comprender fenómenos socio políticos como el objeto de estudio en este número, por lo que recomendamos muy encarecidamente su lectura.

 

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