El 31 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de la Solidaridad. Se eligió esta fecha en honor al movimiento social polaco Solidaridad, que fue representado en 1980 por el gremio sindical ‘Solidarność’.
Este movimiento fue uno de los tantos responsables de la caída del muro de Berlín. Es más uno de sus dirigentes, Lech Walesa, fue consagrado con el Premio Nobel de la Paz gracias a que promovió los ideales de la solidaridad no solo en su país de origen sino por todo el planeta.
En este día que se instituyó a finales de 2020 se busca crear conciencia sobre la importancia de ayudar al prójimo, del mismo modo se da la oportunidad a todos los órganos de gobierno de implementar acciones que favorezcan y apoyen las necesidades sociales.
La solidaridad, según la ONU, es en definitiva, “una de las garantías de la paz mundial”. Este día no posee un programa fijo por lo que cada país es libre de celebrarlo como mejor se adapte a las necesidades de sus habitantes, reflejando en toda actividad el espíritu solidario propiciado por el deseo del bien común.
Dar alimentos a los más desfavorecidos, recolectar ropa para los más necesitados o ayudar a los niños y a las personas de la tercera edad de la zona en la que se vive son algunas de las actividades más habituales en este día.
Este día no ha variado mucho desde que se fundara el partido sindical. En realidad, se basa en un principio básico que es el de la ayuda mutua o el ser solidarios con los otros.
Según el mismo Walesa, solo en la medida en que todos nos ayudemos y trabajemos por una causa común que proporcione el mayor bienestar a todos, en esa misma medida viviremos en un mundo mucho más pacífico, enriquecedor y próspero para cada nación, pueblo o individuo.